Mercurio Editorial

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La sombra de Pranthas

La sombra de Pranthas (Libro en promoción hasta 8 de septiembre de 2015 y sin gastos de envío)

Rayco Cruz. Novela. 1 Edición. 2015. cartoné. 15x21 cm. 466p. ISBN: 978-84-944275-2-7

Dicen que la magia ha dejado nuestro mundo, que el viento ha borrado el rastro de esos poderes innatos que tenían muchos de los seres que poblaban la Tierra.
Dicen que el tiempo nos ha robado esas habilidades, que hechizos y hechiceros han quedado olvidados bajo mantas de polvo que jamás nadie logrará encontrar.
Dicen que al morir la magia, muere el mundo de los sueños.
Tal vez sea cierto que muchas maravillas han quedado en el camino. Tal vez sea cierto que hemos perdido mucho.
Sin embargo, la magia no. No sé si por casualidad o porque estaba destinado a ello, lo que sí puedo asegurar es que Rayco Cruz aún la maneja. Su forma de describir, su manera de narrar es, sencillamente, mágica.
Pero déjenme empezar por el principio.
El 7 de noviembre de 2008 conocí a Rayco en una presentación. Me pareció una persona afable y muy interesante, y a partir de ese día comenzamos a vernos con asiduidad en encuentros en los que teníamos -y tenemos- largas conversaciones sobre libros, sobre escritores, sobre formas de escribir... Y en todas y cada una de esas charlas me he dado cuenta de lo inabarcables que son los conocimientos que tiene sobre esos temas. Y es que son pocos los libros que Rayco no ha devorado, pocos los autores a los que no conoce. Su cabeza es una auténtica biblioteca. A veces, y aunque me avergüence decirlo, me siento un aprendiz a su lado.
Y ¿por qué cuento todo esto? Pues porque creo firmemente que para ser un buen escritor, antes hay que ser un buen lector. Rayco ha bebido de tantas fuentes, que no hay manera de identificar cuál es su mayor influencia. Su estilo está depurado por mil plumas, por mil maestros, y creo que esa es una característica indiscutible en sus manuscritos.
Obviamente, también tiene sus fallos, como por ejemplo que escribe fantasía épica, o que es un autor español. Esos “fallos” serán duros obstáculos, traspiés que intentarán que nunca llegue a estar entre los grandes. Son problemas contra los que va a tener que luchar durante toda su carrera profesional si nosotros, los lectores, no comenzamos a ver la literatura desde otro prisma, si no abrimos los brazos a las fantásticas generaciones de escritores de nuestro país que tratan de ganarse un puesto en nuestras librerías; y, por supuesto, si no damos una oportunidad a este género que tan poco valorado ha estado durante tanto tiempo.
La fantasía épica es un género difícil de dominar, especialmente si va dirigida a un público concreto, a un segmento social determinado. Si caemos en el error de sobreexplotar los recursos que esta nos brinda, podemos obtener como resultado un texto demasiado infantil. Creo que para manejar bien este género hay que saber dosificar la fantasía que se derrama en la historia, y tratar de dar credibilidad a esta. Yo siempre he sido un ardiente seguidor de la fantasía épica al más puro estilo: magia, hechiceros, criaturas fabulosas… ¿Están reñidas estas dos ideas? Creo que no. ¿Qué fantasía hay más creíble –o llamémosla aceptable- que la que podemos encontrar en los escritos de Tolkien? Pues ahí la tenemos: fantasía al más puro estilo… y creíble.
Y no es que esta obra siga esa línea, puesto que en ella se ha creado un mundo más cercano a la realidad medieval que a la fantasía, a pesar de todos los elementos fantásticos que utiliza, pero aun así me ha hecho viajar, evadirme de mi mundo.
Cuando comencé a leer La Sombra de Pranthas, me di cuenta de que no era un libro fantástico más, de que la fantasía que se utilizaba en sus textos estaba muy bien racionada. Pero además de todo eso, descubrí también una calidad de escritura exquisita. Tanto es así, que muchas fueron las veces en las que releí una y otra vez un párrafo por el simple hecho de disfrutar de la belleza del texto. Y eso no es algo fácil de encontrar.
Si esta habilidad es utilizada para crear un mundo mágico, lleno de lugares extraordinarios, de aventuras apasionantes, entonces se consigue lo que ha conseguido Rayco Cruz con este libro: atraparme, hacerme vibrar.
Hay que tener en cuenta algo importante: La Sombra de Pranthas no es una mera aventura, un simple relato. No, La Sombra de Pranthas es la carta de presentación de un personaje que a buen seguro va a formar parte de los grandes iconos de la literatura fantástica, un personaje que llegará muy lejos, dentro y fuera del texto. Les hablo de Árgoht Grandël, un hechicero tan carismático como misterioso, un humano que nos llevará de su mano en un viaje del todo inesperado, un viaje que será difícil olvidar.
Y es que el libro –si quitamos la introducción- ya comienza con unas palabras que pronuncia el propio hechicero y que dicen todo de él (o casi todo): “Me llamo Árgoht Grandël y vengo de Meledel. No acepto vasallaje ni me postro ante hombre o mujer alguna. Hago mi trabajo de forma rápida y limpia. Cuando haya cumplido mi cometido, recogeré mi pago y no me volveréis a ver. Jamás. Una vez haya terminado, no quiero agradecimientos. Con el pago estaremos en paz y no quedará entre nosotros deuda alguna. Este soy yo y éstas son mis condiciones “. A raíz de esas palabras comienza su gran aventura.
Es por eso que cuando me propusieron escribir este prólogo me sentí un privilegiado, y acepté enseguida, a pesar del reto que esto suponía. Me senté, comencé a escribir y las palabras brotaron como si hubiesen estado ahí esperando durante décadas para ser plasmadas en el papel.


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